martes, 13 de febrero de 2018

TURCO MERCACHIFLE


En la polvadera del camino viejo,
la jaula de pollos debajo’el charré,
un gallo en el eje y un trote parejo
ibas por la tarde del sol pangaré.

Tu vuelta en la zona era calculada,
porque casi nunca llegaste atrasao
y eras la alegría de la paisanada
cuando en la tranquera te vían parao.

Cuando daba el día su último rayo,
pedías permiso para desatar,
donde estaba incluido pasto pa’l caballo
y el asao de oveja que ibas a cenar.

Llevabas perfumes para las muchachas;
peinetas, puntillas o algún prendedor
y pa’ los mensuales un par de bombachas,
tabaco, alpargatas y jabón de olor.

Traías noticias de tu itinerario
diez o quince leguas de ese alrededor
que pese a distancias era un vecindario
de amistades viejas que tejió el favor.

Soportaste a veces la broma guaranga,
otras el aprecio te dio el parabién
y bajo la lona de tu carrindanga
llevabas tus cosas, tus penas también.

Dejando a los chicos una golosina,
tu agradecimiento sentado quedó,
o le regalabas una prenda fina
a la paisanita que te sonrío.

Turco mercachifle, te alejaste un día
y en la polvadera de la inmensidá,
te fuiste perdiendo con la mercancía
trajinada y triste de tu soledá.

Versos de Luis Domingo Berho

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