miércoles, 14 de febrero de 2018

MARCANDO


La hacienda está en el corral
y la gente en la portera;
¡jué pucha! si es de primera
esta fiesta nacional.
Hay gaucho que con un pial
da contra el suelo la rés,
y otros que con lucides
cuanto le cierran el lazo
junto con el cimbronazo
le hacen pegar un traspiés.

Cuando cae con el tirón,
me la estiran como perros,
y la queman con los fierros
que tienen en el fogón;
tiembla como en convulsión
el orejano, bramando
al sentir la marca, y cuando
se levanta dolorido
sale pegando un bufido
con el cuarto medio humeando.

Mientras tanto, el tarjador
les va llevando la cuenta,
y la animación se aumenta
junto con el buen humor;
trabaja el enlazador
con coraje y con maestría,
el pialador su baquía
demuestra en cada volcao,
y en la estancia, de contao,
todo es risueño ese día.

Si es grande la marcación
hay con cuero, ¡ni que ver!
y hasta baile suele haber
de guitarra y acordeón;
que la yerra es la función
en la que el criollo echa el resto
y en que en dichos, por supuesto,
nunca falta barro a mano,
porque en eso hay que, al paisano,
sujetarlo del cabresto.

Cuadro hermoso! si penumbra
no tuviera en el confín
de esta tierra, porque al fin
eso que a la patria encumbra
y la grata luz alumbra
del fogón y del candil,
todo ese aliento viril
que se espande de esa suerte,
con sus oleadas de muerte
lleva la guerra civil.
                               (9/1899)
Versos de Alcides De María
                      (uruguayo)

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