lunes, 19 de febrero de 2018

CRIOLLA


Criolla como un entrevero
de alaridos y tacuara,
que va vendiendo la cara
como a pingo parejero.
Tenés adobao el cuero
por el humo del fogón,
y de piedra el corazón
pa’l rejucilo’e las cargas.
China de las trenzas largas
y el flequiyito pompón.

Con ese mirar bandido
y esa risita zafada,
me has enredao la mirada
en el vuelo’e tu vestido.
Carne de plumón de nido
aterciopelada y bello,
más dura pa’l atropello
que pucherito de pulpa…
¡Dicen que jué por tu culpa
que lo mataron a Cuello!

El vestido de percal
y la enagua de festón,
y ajustao el cinturón
en la hebilla de metal…
Tu mirada es un puñal
cuando el odio te atormenta,
pero cuando estás contenta
sos más sedosa que chaira:
si vas pa’ lo de Moraira,
dale recuerdo a Vicenta.

Ni un triste güeso ha quedao
de tuito lo que jué tuyo,
china pampa, flor de yuyo,
porque te han desalojao;
cuando pasas a mi lao
como lechera sin cría,
brazo a brazo me pondría,
frente a tu destino perro:
¡razón tuvo Martín Fierro
pa’ dirse a la toldería!

Como juguete de trampa
te volvés pura chacota…
¡Por nada sos compatriota
de los vientos de la pampa!
Tu carita es una estampa
de la virgen de Luján;
ande tus encantos van,
se pone el guacho en acecho
y a vos se te mueve el pecho
mismo que budín de pan.

Vidalita del amor,
que te volaste y te juiste
contrapuntiada en un triste
que te compuso un cantor.
Y aura que sin un rencor,
vos me abandonás, mi china,
meditabundo se inclina
ya mi corazón opreso,
pa’ darte el último beso…
¡la República Argentina!

Versos de Bartolomé Rodolfo Aprile

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