jueves, 8 de febrero de 2018

CANDIL


Hace años con su soplido
quiso apagarte el progreso
más no te cubrió por eso
la oscuridá del olvido
mis versos has encendido
con tu yamita de gloria
para alumbrar la memoria
de aquel que no se dio cuenta
que a tu luz amariyenta
ha nacido nuestra historia.

En las heroicas patriadas
de sable, facón y lanza
alumbraste la esperanza
de naciones libertadas
en las cumbres escarpadas
de los andinos confines
y en los primeros fortines
tu yamita inigualable
se esculpió en hojas de sable
y en bronce de los clarines.

Tu luz se vio reflejada
en los ojos de un buey manso
en las noches de descanso
de una carreta acampada
después quedó aquerenciadas
cuando se pobló este suelo.
Candil… tu luz fue señuelo
en aquel horizonte ancho
donde nacía cada rancho
cuando ésto era campo y cielo.

Un recipiente cualquiera
un cuerno, un tarro una taza
en él un poco de grasa
y una mecha de alpiyera
también la esponja campera
que se cortó en rebanadas
sirvió de mecha en jornadas
de’sas que al raso se acampa
y eras lucero en la pampa
esperando madrugadas.

Te conocí ‘modernón’
mecha’e pavilo, bombiya
y un frasco de alcol “Padiya”
de querosén bien panzón,
a la oriya del fogón
era tu sitio habitual
y al no tener pedestal
y estar de un gancho colgao
quedabas medio ladiao
pero alumbrabas igual.

Por el hecho de alumbrar
la patria en su nacimiento
ninguna luz del momento
te ha de poder igualar,
y aunque te quiera opacar
el modernismo que impera
sos cada noche surera
una estreyita en la cruz
y un poquito de tu luz
tiene el sol de mi bandera.

Versos de Tito Urnissa

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