lunes, 22 de enero de 2018

DÉCIMAS A UN DOMADOR

Cuando a jinetear llegás
y alguna monta pedís
con confianza te sentís
y en tu valor te afirmás
y como en tu medio estás
entrando en la lucha fiera
en pelo o con la encimera
cinchón o cuero tendido
sobre el potro enfurecido
lucís tu estampa campera.

Te asujetás la bombacha
como un macho de mi tierra
y con el salvaje en guerra
te jugás a espuela y guacha
y si por la mala racha
charqueas pese a tu tesón
y el bruto con un envión
te despide de su lomo
sabés conservar tu aplomo
y esperás otra ocasión.

Yo que te admiro y te quiero
en tu homenaje levanto
mi voz y un verso te canto
con este acento surero
y para tu bien espero
pensando con buena fe
que el mérito se te dé
ya que pa’ ganancia de otros
subís en la cancha potros
y en la vida andás de a pie.


Versos de Álvaro Celedonio Casquero

DANDO RIENDA

Al ver tu estampa coqueta
y tu talle juvenil
quisiera ser más gentil
que Romeo con Julieta
ya que tu gracia completa
supo cautivarme a mí
y aunque nunca te insistí
te ganaré con altura
porque tenés más dulzura
que la miel del camoatí.

Como yo te galanteo
se aumento más tu copete
pensas que soy un juguete
más le estás errando feo
desde cuando, si el deseo
bien lo sé disimular
y a8unque me pretendas dar
celos con tu altanería
pronto ha de llegar el día
que sola te has de entregar.

Siempre andás revoloteando
parecés una torcaza
como pienso darte caza
semillas te voy tirando:
y aunque no sé cómo y cuándo
en mi trampera entrarás
y sola comprenderás
después de tanto rondar
que va a tener que entrar
dejando tu orgullo atrás.


Versos de Aldo Crubellier

lunes, 15 de enero de 2018

ELOGIO DE LA GUITARRA

Guitarra de mis desvelos,
buena criolla, decidora.
La que de chico se adora
cuando la pulsa el abuelo,
la que en el mal es consuelo
y en el amor fino encanto.
No me han podido quebrantos,
en teniendo tu presencia,
ni me acoquina la ausencia
cuando me asiste tu canto.

Guitarra que sos la aurora
en que despierta mi afán.
Son tus cuerdas las que dan
ese aliento sabedoras
y las que guían tutoras
el rumbo de mi sendero,
en tu cordaje me esmero
por darte correspondencia
y se alimenta en tu esencia
mi corazón de trovero.

Guitarra que en el recuerdo
venís a traerme el amigo,
que por tu bondad consigo
lo que en ocasiones pierdo.
Te siento en el lao izquierdo
cuando te pulso tristón
viendo siempre redomón
el sentimiento del hombre
y aunque mi verso te asombre
me amansaste el corazón.

Guitarra jagüel de sones
de vidalitas bordada,
cristal de primas trenzadas
entre sombras de bordones,
que cantaste mil pasiones
templada en aires del suelo,
naides alcanza tu vuelo
cuando sangrás un estilo
por eso es que en ese filo
me gusta trenzarme en duelo.


Versos de Ángel Hechenleitner

sábado, 13 de enero de 2018

YO SOY CIRIACO AGUILERA

1
Fui de todo es esta vida
aunque lo más, domador;
pero el oficio mejor
o al que tuve más apego,
ha sido después del juego
la maña de reseriar,
y de áhi que vine a formar
una tropilla entablada,
tal vez la más codiciada
que anduvo por el lugar.
2
Pero ni en sueño calculen
que hubo esa sola razón:
le tuve tanta afición
de mozo a los mancarrones
que en algunas ocasiones
anduve muy bien montao.
Hoy ya viejón y charquiao
po’el galopar ‘e la vida
va en ancas de mi partida
la fama de lo mentao.
3
Aunque sea una pavada
les viá ser perder un rato,
así les pinto el retrato
de cómo jué cada cual;
la procedencia cabal
y así como una soncera
les viá decir por si juera
necesario en la ocasión
el nombre d’este varón:
¡yo soy Ciriaco Aguilera!

Mi vivir pasó en el campo
y en él caerá mi osamenta,
nos han de tener en cuenta
que aunque parezco achatao,
entuavía no m’entregao
y si cuadra la ocasión
soy capaz que de un tirón
veinte leguas me guapeo,
y no piensen que’s floreo
¡soy dura pa’l chaparrón!
4
Pa’ no gastarme en partidas
áhi va de mi planta un gajo;
tuve un “moro” ‘e lo Ramajo,
de “Los Talas” un “gateao”,
un “pampa” y un “colorao”
que supieron ser de Almada,
y en mi tropilla nombrada
tuve un “tostao” coscojero,
me lo dio un gringo pulpero
en pago d’una jugada.
5
Como de pión trabajé
en la estancia “Los Huncales”;
áhi domé varios baguales
y en pago aquella atención
siempre ricuerdo el patrón:
un tal Lució Corbalán
me regaló un “alazán”
con marca de los Hermida,
tenían un campo en Laprida
lindando con los Gaitán.
6
También d’esa mesma marca
me agencié de un “doradillo”,
un “oscuro” y un “tordillo”
güenasos pa’ trabajar
en rodeos, o bandear
lo mesmo pampa que ríos;
fueron los créditos míos
cuando de arreo cruzaba
por la llanura que humeaba
el vapor de los rocíos.
7
Una vez que me tocó
un viaje pa’l Colorao
de güelta compré un “bragao”,
un “picazo”, un “zarco overo”
y un “azulejo” estrellero
muy vistoso el animal;
lo trajo Carabajal
de la Esquina ‘e los Riveras;
¡con él gané más carreras
que choclos tiene un maizal!
8
Los cuatro pa’ más decir
se los negocié a Froilán;
segundo en los Barragán
más serio que vasco en misa,
d’él juera aquella petisa
anca partida, “barcina”,
mansita pero ladina,
muy apegada a mi perro;
¡hacía saranda el cencerro
pa’ sentirse más madrina!
9
¡Qué pucha, si de animales
ni mentarlos, para qué!
Si alguna vez me quedé
pegao algún mostrador
y almariao por el calor
de la ginebra salía
ya en el palenque tenía
quien rumbiaba a la querencia;
¡si me habrán guardao pacencia
esos pingos, Virgen Mía!
10
Más como tuve la estrella
de güen desinteresao
todos lo he regalao,
es decir… los que no han muerto;
si por un casual acierto
algún día a precisar,
de a pie no m’he de quedar;
¡a Don Ciriaco Aguilera
le han de prestar ande quiera
un caballo pa’ ensillar!
11
Hubiera sido mi gusto
el seguirles detallando;
pero si se están cansando
los dejo… ¡y hasta más ver!,
más antes he de poner
aprecios a la reunión
pa’l que entendió en la ocasión
no es necesario que siga,
¡y vaya esta mano amiga
como pago a la atención!


Versos de Eusebio José Morán

viernes, 12 de enero de 2018

RAZA PAMPA

Pa’ que gastarse en sonceras,
en floreos ni pavadas;
cuando la suerte está echada
debe brindarse al que espera.
Soy una cosa cualquiera
tal vez, sin ningún valor;
cuentan que soy decidor
de rimas que he cosechao,
más la  vida me ha enseñao
que es lindo ser payador.

¡Es cierto! Sí, soy trovero
porque canto lo que siento
y cuando algún sentimiento
hunde en mi mente su acero,
le doy mi verso al pampero,
pa’ que se lo entregue al llano,
pa’ que lo brinde al paisano
en auroras tempraneras,
pa’ que anide en las taperas
su acento suave y galano.

¡Soy criollo, sí… no lo niego;
llevo en mi puño apretao
todo el sabor del pasao
porque a sus brazos me entrego!
No sé a que pago me allego
mas sí sé del que me alejo,
yo traigo del tiempo viejo
racimos de pamperiadas,
no quito al presente nada
y lo que tengo lo dejo.

Yo soy la herida mortal
bajo las garras del puma;
soy el ceibo que perfuma
de la llanura el erial,
trino suave de zorzal
que en las mañanas heladas
modula en las enramadas
como un saludo triunfal
su broche tradicional
sobre la pampa callada.

Yo soy tala y coronilla
pasto puna que se aferra
sobre el lomo de mi tierra
lo mismo que la gramilla;
cuando la estrella más brilla
más penetra en el ramaje,
lució mi pecho el tatuaje
de las chuzas guerrilleras
y en las bravas montoneras
fui lanza, poncho y coraje.

Yo soy caña de tacuara
que cimbró en los entreveros;
la sombra de los aleros
que el viento suave besara,
jilguero que le cantara
lo que a mi Patria se abraza,
por eso si un día me arrasa
el progreso endemoniao
caerá en su brete apretao
todo el sabor de mi raza.


Versos de Eusebio José Morán

martes, 9 de enero de 2018

CORRALES VIEJOS

Cual si barrieran zondas y pamperos
con todo lo que fue, lo ya pasado
ya no les dice nada a los viajeros
este viejo corral abandonado.

Reparito cercado junto al cerro
albergaba tristezas andariegas
el melodioso canto de los Vega
y la viril protesta de los Fierro.

Lugar de pasajeras acampadas,
señalaba el descanso en el camino:
el churrasco, los mates, las versiadas
y algún trago cordial de rojo vino.

Junto al viejo corral semidestruido
-domicilio casual de los troperos-
vagan sombras de antiguos guitarreros
cuyo canto de amor ya se ha perdido.

Y aquel otro corral de la llanada
representa a mis ojos lo ya muerto:
la vidala, el estilo, la tonada
y la cifra del pampa en el desierto.

Lo que había en los de antes… de lirismo
de amor sencillo y santo por las cosas,
no llega al alma de las gentes mozas,
engreídas de atroz materialismo.

Ya no se oyé al sombriar las oraciones
de una tropa la larga clarinada
anunciando a las postas su llegada
porque agora tropiamos con camiones.

Este viejo corral es una historia
de miedos mujeriles y de hombrías,
de azaroso trajín en lejanías,
de los que nadie guarda ni memoria.

Referencia en mitad de las jornadas,
no quedan del corral ni los horcones.
Ya no se habla en su ruedo de malones
ni del miedo mortal a las indiadas.

Ya duermen para siempre aquellos perros
-abolida la fiebre del ladrido-,
y también el tiempo se ha dormido
la canción augural de los cencerros.

La canción del cencerro que anunciaba,
al resplandor fugaz de algún fogón,
un fervor de futura población
mientras él, despacito, se apagaba.

Cual si barrieran zondas y pamperos
con todo lo que fue, lo ya pasado
ya no les dice nada a los viajeros
este viejo corral abandonado.


Versos de Buenaventura Luna

lunes, 1 de enero de 2018

EL TERU TERU

El traje overo picazo,
la pata, el puón y el ojo,
todos tres, del mismo rojo,
y en la cara negro trazo.

Vive a lo indio en el estero,
lleva a lo gaucho la vincha,
con una plumita pincha
y se sujeta el sombrero.

Como si un poncho invisible
del hombro se le cayera
y levantarlo quisiera
hace u  esguince risible.

Una cuerpeada que pega
como atajándose de
un golpe que él solo ve,
pero que nunca le llega…

Se alimenta con “bichitos”,
anida siempre en el suelo,
y el blando ritmo del vuelo
lo acompasa con sus gritos.

Más el grito que acompasa
se agudiza enloquecido
si un intruso, junto al nido
donde está incubando, pasa.

Grita y, planeando seguro,
grandes círculos describe
mientras, alternos, exhibe
pecho blanco y lomo oscuro.

Y exagera la algarada
lejos del sitio en que puso;
que así despista al intruso
y defiende la nidada.

En invernal mañanita
de escarcha o viento pampero,
en su “teru”, “teru”, “tero”…
el campo entero tirita.

Guardián seguro y gratuito
que día y noche vigila,
cuanto ocurre lo ventila
de inmediato con su grito.

Y es más él, si se desvive
su propio nombre anunciando,
y parece que no vive
si no se mata gritando.


Versos de Juan Burghi

OJOS BRUJOS

Son tus ojos brujos,
los ojos más lindos
qu’ei visto en mi vida
¡en mi vida perra!
Si parecen soles
que alumbrando se hallan
en la noche negra.

Son ojos que miran
con mirada criolla,
serenita y buena;
se adentran en mi alma
y disparan penas,
corridas por ellos,
que miran p’adentro,
tranquilos, serenos,
con mirada criolla,
dulzona y sencilla.

Si tienen tus ojos,
rasgados y mansos,
reflejos de estrellas
en noche e’verano.
Y si ellos se entornan
pa’ mirar lejano,
cortina de raso
los cubre.
Pestañas negronas
como pena gaucha,
de gaucho poeta,
payador y guapo,
domador, trovero,
generoso y santo.
…………………
En tus ojos brujos,
se refleja toda
l’alma d’esta tierra,
buenaza y hermosa
pa’ tuitos los hombres
que habitarla quieran,
trayendo sus brazos,
su mente y su entera
confianza en la vida
de esta Patria nuestra.
Y adopten por símbolo
la sacra Bandera
que al crearla Belgrano
en la tarde aquella,
sacando a los cielos
sus tintas más bellas,
se juró que al mundo
cobijara buena,
cariñosa y madre
de tuitos los hombres,
de tuitas las tierras.
……………………….
Son tus ojos brujos,
los ojos más lindos
qu’ei visto en mi vida,
¡en mi vida perra!


Versos de Adolfo Pacheco

AL GALOPE

Tu pingo y mi pingo
se acercan, se tocan.
¡Míralos que lindos
juntitos galopan!

Tu pingo y mi pingo
una sola sombra
ya por el camino,
al galope forman.

Tu pecho y mi pecho
se acercan, se tocan…
¡Míralos que lindos
juntitos galopan!


Versos de Miguel H. Bustingorri