lunes, 11 de diciembre de 2017

LA CADENA

Con distintos eslabones
o argoyas en cada punta
te vi en los tiros en yunta
y forrada en ocasiones.
Atada a los balanzones
juiste cuarta del arao
y material apropiao
pa’ juntar los dos yugüiyos,
y te usaron en los griyos
a los pies de un castigao.

Pa’ tener un perro atao
y pa’ cerrar la tranquera
o de vaya, ni que fuera
preservando el otro lao.
De retranca la han usao
en carros, y de manea,
y aunque muy crioyo no sea
me sirvió de boliadoras,
cuando ideas malechoras
en sus juegos uno emplea.

Pa’ cuartiar a un encajao
o que no mame’l ternero,
la barbada del apero
y en palancas del arao.
Al colgar un alumbrao
en un techo se la ve
a más, yo recuerdo que
en los distintos jagüeles,
ella cumplió dos papeles
que al seguir, esplicaré.

Pa’ sacar el agua a mano
pa’l consumo de la gente
la interminable vertiente
subía en baldes al yano.
Y el bicho más orejano
también se ayegó al jagüel
donde’l pingo manso aquel
y el boyero cumplidor,
yenaban el volcador
y con la cadena fiel.

La vi de’slabón cuadrao
en herramientas rurales
y ayudó a las tropas liales
en “la Güelta de Obligao”.
Pa’ estirar un alambrao
se la ve’n un aparato
y en su hechura tiene un trato
especial, la retorcida,
y en tris tiras estendidas
se vio en balanza de plato.

Rebordiando un monumento
o hermosiando algún yavero,
la retranca del sombrero
y en pulseras del momento.
En un camino barriento
de pantaneras, se ha usao,
pa’ un colgante regalao
o pa’l antiguo reló,
pero hoy la declaro yo:
¡la gran novia del candao!

Versos de Agustín López

No hay comentarios:

Publicar un comentario