jueves, 12 de octubre de 2017

MILONGA

Yo no sé si sé cantar,
pero tengo voz y lengua;
alma gaucha pa’ sentir
el cariño de mi Tierra,
y ha de sonar mi guitarra
ande suene cualisquiera.

No tiene cintas colgando,
porque divisas no lleva,
pero, escondida en un sitio
que lo sabemos yo y ella,
una que no se me olvida,
porque es la de mi bandera!

Si es ocasión de cantar
por motivo de mi Tierra,
naides se extrañe si siente
que mi guitarra se queja:
es que pensando en la cinta
la abrazo con mucha juerza!

Pero, no serán lamentos
que broten de mi vigüela;
ni el tono provocativo;
ni mi palabra altanera:
porque el gaucho no es el hombre
que en malas pinturas muestran.

Quizás mi voz se levante
sin que yo mesmo lo alvierta,
pero, al cantar de la Patria
la sangre se nos calienta
y ese calor del cariño
nos sube hasta las ideas.

No se alarmen los prudentes,
que no vengo en son de guerra;
con querer mucho lo mío,
a naides hago una ofensa
y es nuestra ley respetar
a tuito el que nos rispeta.

“Lo que tengo que decir”
es pa’ que tuitos lo entiendan,
y si entre criollos y gringos,
hago cabal diferencia
denguno pierde ni gana
si con lo suyo se queda.

Venga el extranjero amigo
y acomódese en la rueda;
mesmo aunque no sepa el habla
se le ha de entender por señas
y tuito le han de brindar,
sin que pague, y sin que deba.

Mejor los que tráin bien limpios
el bolsillo y la concencia,
que áhura está la tierra gorda
con sangre española y nuestra,
y paga en puñaos de oro
el trabajo de una siembra.

Pero, no vengan manadas
de tuitas razas y lenguas
que, aunque semos parecidos,
“el parecido es por juera”
y hay los de color clarito
que tienen l’alma muy negra!

Los hay de nariz ganchuda
como las aves de presa;
los que cobran una vida
por dos pesos de una cuenta
y hasta que venden las hijas
si les dan algo por ellas!

Vengan los hombres honráos
y hagan su nido ande quiera:
no tienen más enemigo
que doña Naturaleza:
naides cortará su rama
¡ni habrá cimbras en su senda!

Denguno que sea de ley,
ha de olvidar su querencia:
uno es hijo de quien nace;
se nace solo una güelta;
la Patria es como una madre,
y es el hombre quien la niega!

Tranquilos vengan y acampen,
y pa’ que todos las vean
saquen sus banderas gringas
cada vez que estén de fiesta,
que en cuanto les dea un vientito
se han de abrazar con la nuestra!

Pero, no se me confundan
porque oigan ciertas zonceras,
y les dé por figurarse
que semos tuitos, hacienda;
y hacienda de mala clase,
pa’ cruzar con sangre güeña!

No se trata de poblar
campo, con vacas y yeguas;
de refinar animales
de pelo, de pluma y cerda:
se trata de hombres -señores-
no es de números la cuanta!

Un pueblo, no es un negocio
pa’ hacerle sumas y restas:
vale, por su condición,
su conducta, su nobleza;
la bondá de sus virtudes,
la calidá de sus priendas!

De esto, no se necesita
en dengún Pueblo de América;
que riciencitos, nomás,
andábamos con cadenas,
y entuavía están las lanzas
con la sangre cuasi fresca!

¿Semos pocos…! Dimasiáo
hemos quedao, a la cuenta,
si en un incendio tan grande,
no se ardió tuita la leña…
y sobre fuego y cenizas,
las Patrias quedaron hechas!

Áhura, son novelerías
y mareos de grandezas,
y con tal de ser muchísimos,
que venga gente de ajuera!...
como si, poblando extraños,
la Patria juese la mesma!...

Como no tienen razones
pa’ explicarnos sus ideas,
nos fabrican a los criollos
con sangre de cualquier mezcla,
y, si no salen iguales,
aquí, “el sol los empareja!”…

Sabido que, el mesmo Sol
alumbra tuita la Tierra
y en deng´pun sitio se ha dao
el milagro que se espera:
no es de creer que, sangre Rusa,
risulte criolla en América!...

Venga el progreso con alas
que, tuito bien se aprecea;
venga lo que afina l’alma
y aviva la inteligencia;
lo que haga mejor la vida,
cortando mal y miserias…

Pa’ eso, no se necesitan
invasiones extranjeras:
con sosiego y voluntá
lograrán lo que apetezcan,
pueblos que, en piores hazañas
probaron, lo que les suebra!...

Ansina quiero a mi Patria
y a toditas las de América:
con esa marca española
que es marca pa’ quien la lleva,
y eso de gaucho en el alma,
y eso de indio, en las venas!...

Y que vengan los naciones
y que acampen ande quiera;
saquen sus banderas gringas
cada vez que haiga una fiesta;
pero, eso sí, compañeros:
la del páis a la derecha!


Versos de Romildo Risso

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