lunes, 31 de julio de 2017

ORACIÓN A PINCEN

(Un valiente al que estamos esperando)

Al vencer el horizonte
la claridá de la luna
sobre la pampa cebruna
gana un vocerío el monte.
Hasta que un hombre desmonte
no cesa el murmuyo aquél,
y en el silencio más fiel
queda la impresión inmersa
que una misteriosa juerza
se detuvo junto a él.

Se para en los albardones,
a oriya de la laguna
donde su toldo fue cuna
de penosas conclusiones,
donde junto a sus varones
se unieron en parlamento,
y los rumores del viento
tráin del oleaje jadeante
un malón agonizante
pero jamás un lamento!

Es su raza dolorida
que’l yamao le manifiesta
soñadora de una gesta
tristemente destruida.
Renacerá en las heridas
de lamentables escenas,
hueya que no me es ajena
¡más ayá de lo qu’he escrito!
Esa injusticia es un grito
que me corre por las venas.

¿Por dónde estarás Pincén?
¿Cuál será el lugar glorioso
que en un eterno reposo
tus vanos restos estén?
Es, cacique, tu desdén,
tu coraje, tu pujanza,
tus boliadoras, tu lanza:
un emblema soberano.
¡Volvé a tus pampas, hermano,

que con tus restos alcanza!

Versos de Julio H. Mariano

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