Saladillo con
nombrarte
desborda mi
sentimiento,
recorriendo tu campaña
me estremezco todo
entero,
por ver a sol más puro
con su máximo elemento,
que purifica la sangre
y vivifica mi cuerpo,
como ese rayo de luna
que ilumina un tierno
beso.
Trepida por mis
arterias
un chisporroteo
inmenso,
inmenso como el amor
que legaron mis
ancestros,
porque sos luz de
esperanza
con vestiduras de
tiempo,
que alumbra desde la
altura
al que lo acunó el
respeto,
y maduró en tus
entrañas
por fortalecer el
cuerpo.
Qué hermoso cuando al
llegar
respiro ese efluvio
intenso,
con ese trinar de
pájaros
que armonizan el
encuentro,
el saludo del
vecino!...
“-¿Cómo le va…? tanto tiempo…”
“-¿No pasa un rato a matear…?
medio ensillado lo tengo…” .
Y así cruzamos
palabras
por festejar el
encuentro.
Cómo no voy a quererte
paisaje de mis ensueños,
si tengo el alma
contenta
porque en la sangre te
llevo,
porque tienen tus
praderas
reverdeceres eternos,
porque toda la vía
láctea
nos cobija desde el
cielo,
Saladillo, Saladillo…
el baluarte nuestro
pueblo.
Versos de Rubén
J. Garaventta
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