lunes, 8 de mayo de 2017

LA PULPERÍA

No se ven las polvaredas
que el viento las levantaba
cuando alguna chata entraba
al traquetear de sus ruedas,
vieja pulpería que hoy quedas,
sometida al cruel destino,
ya nadie cruza el camino
andando a cansino tranco,
ni ingresa por ningún flanco
el carro de algún vecino.

No están atados los pingos
al palenque de quebracho,
donde llegué de muchacho
en las tardes los domingos,
malos vientos sin distingos
te han azotado canejo!,
ya no queda ni el reflejo
de lo que vos fuiste ayer,
y debo reconocer
que yo estoy mucho más viejo.

El tiempo con mano brava
-pero quien se lo reprocha-
te arrimó lejos la bocha
en donde la cancha estaba,
y en donde marcó la taba
la suerte de cada cual
dejando todo el jornal
sobre la dorada arcilla,
hoy la cubre la gramilla
entre un silencio total.

Y del patio en una orilla
se eleva altivo el cardal,
y en donde fuera el corral
ya no espera la tropilla;
mi recuerdo desensilla
hoy que he querido volver
como antes y vuelvo a ver
toda tu imagen borrada
porque ya no queda nada
de aquello que fuiste ayer.

Versos de Roberto G. Morete

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