Para
verlo complacido
al
amigo Agustín López
allá
voy en dos galopes
con
el tema que ha pedido.
En
el tiempo transcurrido,
en
el pasado más puro,
debo
inspirarme seguro
para
decirle al momento:
tradición el cimiento
donde
se apoya el futuro.
La
tradición es la historia
de
una estirpe de valientes
que
por ser independientes
van
cabalgando en la gloria.
La
límpida trayectoria
del
soldao desconocido,
el
que defendió encendido
a
nuestra causa sagrada
y murió
sin pedir nada
sobre
los campos perdidos.
Tradición es el oficio
de
empuñar una mancera,
luego
echar la sementera
con
inmenso sacrificio.
La
tradición fue el indicio
hacia
un futuro mejor,
antes
que el fuerte tractor
llegara
en muy buena hora,
el
gaucho pisó en la aurora
las
escarchas de rigor.
Tradición es la carreta
que
hoy se guarda en el museo,
pero
en sus tiempos la veo
por
las llanuras inquietas
marchar
buscando la meta
perdida
en la inmensidad,
apoyada
en la heredad
de
aquellos que con pujanza
a
fuerza de poncho y lanza
forjaron
la libertad.
Tradición es el resero
que
al grito de “¡hopa, hopa!”
iba
alentando la tropa
bajo
el temporal más fiero.
Es
el nativo trovero
con
alma de payador
que
con criterio y valor
dejaba
su pensamiento
elevando
el fundamento
para
un futuro mejor.
Es
Martín Fierro en su afán,
la
pluma de José Hernández,
es
San Martín en Los Andes
y
Belgrano en Tucumán.
Es
Güemes, bravo titán,
con
sus gauchos colosales,
es
galopar de baguales
que
vienen desde el ayer
impulsando
a defender
las
esencias nacionales.
Versos
de Roberto
Ayrala
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