jueves, 30 de marzo de 2017

A DON JUSTO TAPIA

Han pasado muchos años
recién lo nombro Don Justo,
al guaycurú, los arbustos
y la costa chalilera.
Su recia estampa campera
su bondad tan campechana
sabedor de esas mañanas
cuando su flete en la marcha
iba rompiendo la escarcha
por esa costa pampeana.

Todo el silencio era suyo
cuando se apeaba al palenque
denunciando en el rebenque
las lejuras galopadas.
Él, de una sola mirada
lo supo todo al momento
y al gastársele los tientos
de su vida bondadosa
como una taba tramposa
quemó sus ojos al viento.

Al secarse el Río Atuel
se quedó sin una oveja
y su conducta pareja
lo esquivó de los reveses
a cobrar sus intereses
la vida estaba esperando.
Así después fue trenzando
como pudo y los vendió
lazos que alguno compró
y yo les voy comentando.

Por eso cuando en las noches
desenfundo la encordada
los recuerdos en bandadas
se vienen a mi memoria.
Esta es la pequeña historia
de un hombre como hubo tantos
quién sabe si en campo santo
descansa su sepultura
o el viento de la llanura
de arena le puso un manto.

Versos de Julio Domínguez

                     (El Bardino)

miércoles, 29 de marzo de 2017

CANTO AL MANGRULLO

Viejo mangrullo avizor
centinela del pasado,
eres un cofre olvidado
con recuerdos de dolor.
Fuiste resguardo y calor
y bandera en los fortines,
vigilaste en los confines
la llegada del malón,
cuando una voz de atención
era un vibrar de clarines.

Atalaya, vichadero
dominando la distancia,
afianzaste tu arrogancia
en medio del entrevero.
Los azotes del pampero
te castigaron a diario,
y en tu existir solitario
sobre la agreste llanura,
te besó la brisa pura
en el solar legendario.

Fue el mangrullo para otear
la posición del salvaje,
fue protección y ramaje
del gaucho en su trajinar.
Ahí se ponía a olfatear
y a mirar en lontananza,
alistando sin tardanza
la defensa de la tierra,
por eso iba a la guerra
con valentía y pujanza.

Patrio mangrullo avizor
en las contiendas pasadas,
fortaleza salpicada
con sangre del invasor.
Por eso te tengo amor
y para mí no estás muerto,
siempre te veo despierto
como un símbolo nativo,
monumento redivivo
con luces de campo abierto.

Así marcaste rotundo
un sentimiento argentino,
abriendo un nuevo camino
a la clara faz del mundo.
Como vigía profundo
reconocemos tu gloria,
como un pedazo de historia
realizada sin desmayo,
y cual trofeo de Mayo
se conserva en la memoria.

Viejo mangrullo te canto
por todo lo que has brillado,
glorificando un pasado
de contiendas y de llanto.
Hoy en mis versos levanto
un homenaje sincero,
a ti mangrullo campero
de eterna recordación,
fuiste valla del malón
en nuestro suelo primero.


Versos de Pedro Bianco

RANCHO

El rancho de tan ladeado
parece que echa verija;
a su figura prolija
los pamperos han pechado;
y el cimbronazo ha aguantado
ahí mismo como se ve,
aunque no es lo que fue
su altiva presencia aún talla,
y a su última batalla
la está aguantando de pie.

Del pasto en la verde alfombra
el longevo ombú altanero,
que hasta el despeinado alero
llegó a prestarle su sombra;
pareciera que se asombra
al llegar la brisa al tranco,
porque ve desde ese flanco
que va cayendo de a poco,
el rancho vencido y tioco
desvencijado y lunanco.

El pozo abriendo la boca
se perdió entre la gramilla,
en él la luna no brilla
y el balde el agua no toca;
agua que nunca fue poca
cuando era un manantial,
disminuyó en su caudal
y en ese “augero” redondo,
tan solo hay barro en el fondo
y está en el suelo el brocal.

Bajo el toldo de las ramas
de otro ombú secular,
solía la hacienda acampar
en veranos de oriflamas;
y entre esas lenguas de llamas
como flechas encendidas,
yeguadas despavoridas
cortaban por un atajo
con rumbo al jagüel del bajo
en busca de sus bebidas.

Deshecho están los corrales,
el viejo galpón enclenque,
solo está firme el palenque
donde se ataron baguales;
pero entre tantas postales
que recrudecen mi herida,
sobre esa imagen querida
el mojinete altanero,
da albergue a un nido de hornero
que es como un canto a la vida.


Versos de Roberto Gerardo Morete