viernes, 10 de junio de 2016

TALA VIEJO

Quién sabe qué edad tendrías
cuando te vieron mis viejos.
Le injertaron a tu sombra,
un rancho de dos aleros.
Cierro los ojos y estás
en esas noches de invierno,
agachado sobre el rancho
cobijándolo del viento.
En tus ramas hizo nido
la alegría de mis juegos
cuando descalzo en verano,
gasta mis años nuevos.
Y cuando el campo, mis pies
quemaba con solo de enero,
me esperabas con tu sombra
deshilachada en el suelo.
Tala viejo de mi rancho,
no voy a dejar ni muerto.
que cualquier fogón de pobre
quiera ser tu cementerio.
Porque en cada gajo tuyo,
corre sangre de mis sueños
y el que quiera hincarte el hacha,
me está arañando por dentro.
Porque te regué con llanto,
después que a mis pobre viejos,
los dejé en el campo santo,
cuando los llamó el supremo.
Porque en vos muere la ausencia,
de los que quise y se fueron
cuando sacuden tus ramas
tus recuerdos polvorientos.

Tala viejo de mi rancho,
no voy a dejar ni muerto
que cualquier fogón de pobre
quiera ser tu cementerio.


Versos de Artigas Buela Gaona

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