viernes, 31 de mayo de 2013

NO ME DIGAN SE CANSÓ

He visto muchos cantores
con famas bien obtenidas
y que después de adquiridas
no las saben sustentar:
parece que sin largar
se cansaron en partidas.

Yo soy cual cantor del llano
que canta trovas de amor,
para calmar el dolor
de su corazón humano.
Yo soy el triste paisano
que lleno de sinsabores
contempla las bellas flores
recorriendo la llanura
donde cantar su hermosura
he visto muchos cantores.

Yo soy a quien con el dedo
señalan las multitudes
por sus nobles actitudes
al publicar hoy su credo.
Yo soy aquel sin enredo
que con endechas sentidas
endulzar quiere las vidas
de sus queridos lectores,
respetando los cantores
con famas bien obtenidas.

No soy cantor en la rama
porque no supe volar
sin alas para cantar
canto tendido en la cama
con mi corazón que clama
porque no sean rendidas
mis fuerzas ni confundidas
con otras de bien probados
con famas, quedar callados
después de ser adquiridas.

Son muchos los payadores
que sostienen el pendón
de la gaucha tradición
constantes con frescas flores;
pero, muy sabios doctores
que se lanzan a cantar
al pronto logran hallar
sus famas bien conquistadas
las que después de logradas
no las saben sustentar.

El paria soy en el suelo
que San Martín libertó,
y el extrangero pobló
con utilitario celo.
Soy aquel que con desvelo
veo las horas pasar,
por ver de hacer de implantar
la libertad por mayor
sin estar cual corredor
parece que sin largar.

Las clarinadas de guerra
retumbaron en mi cuna
después de la gran laguna
que la tiranía encierra;
y de gauchos de esta tierra
narraciones bien sentidas
se las cuento repetidas,
para que digan: ¡Jamás!
Almagaucha con cien más
se cansaron en partidas.

Versos de José Agustín Dillón

                  (“Almagaucha”)

miércoles, 29 de mayo de 2013

BODA CAMPERA

Canturriaba el “Pampero” sus endechas
enredao en los talas y espiniyos
y el poniente asulao, se festionaba
de rojo fuego, lila y amariyo.
Ansinita la tarde iba cayendo
entre los tintes de esa lus difusa,
cuando anunciando el paso de un viajero
se oyó el chas… chararás de la lechusa.

Yegó el paisano y sofrenó su flete
junto al foyaje de una verde liana,
que por darle soltura a su tientaje
l’iba achicando el güeco a una ventana.
De ayisito salió una linda prienda
de ojos más negros, que el más negro olvido,
con el pelo partido medio a medio
como las alas de un biguá dormido.

Su manito, buscó la del amante;
él, procuró su boca color grana
y ella campió en el fondo de aquel beso
un mundo de promesas, pa’l mañana.
Ya por última ves, miró aquel rancho,
y persinó entre alegre y dolorida
y detrás de dos lágrimas matreras
un beso le tiró de despedida.

De un salto se sentó sobre las ancas
de su cómplice, el ruano coscojero,
que picó retozón, como juyendo
del cortejo nusial del teru-teru.
Y soñando despiertos contemplaron
como siñuelo asul de su destino,
la esperanza jugando en el selaje
y la gloria, de pie sobre el camino.


Versos de Valentín Cavilla Sinclair

viernes, 17 de mayo de 2013

LOS GRANADEROS

Rompe en los desfiladeros
el estruendo de un ciclón...
Son ellos; los granaderos
dantescos del escuadrón
de la muerte: los primeros
que escalando los peñones
en un fantástico vuelo
de Pegasos redomones,
empenacharon de cielo
el casco de sus morriones!

¡Son ellos! Bajo la lumbre
del firmamento inmediato,
revuelan de cumbre en cumbre
y ve absorto el Tupungato
una alada muchedumbre
que trepa por la ladera
purpurada de arrebol,
lo mismo que si quisiera
robarse el disco del sol
para usarlo en la bandera!

¡Son ellos! Descenderán
del lado del occidente;
y las águilas verán
que al retomar el naciente,
por botín de guerra van
conduciendo los atletas,
redención en las pupilas,
luz de las almas inquietas,
libertad en las mochilas
y el cielo en las bayonetas!

Versos de Belisario Roldán

sábado, 11 de mayo de 2013

TALITA DEL PEDREGAL

Talita del pedregal
espina y sombra harapienta;
tronco ñudoso y torcido
de andar cuerpiando centellas!

Quién puede exigirte flores,
puestero de la miseria!
…No ha de tener más que espinas
quien se ha criao entre las piedras.

Sólo algún clavel del aire
nace… del aire, en tu oreja;
candil de los espineros
que te erizan la melena.

Sólo las tarde de lluvia
te emponchan dolor de ausencia…

Sólo las noches de luna
te acarician y te besan!

Bien haiga la nube blanca,
pañuelo de tu tristeza
de andar trepando los cerros
sin alcanzar las estrellas…

-Yo también repecho cumbres
aquerenciao en la ausencia
con unos pájaros locos
aletiando en la cabeza…

Yo también alzo cien puños
en las noches de tormenta
chairando espinas al viento
p’hacer patancha a las penas…

Yo también saco claveles
del aire!
              Y de mi tristeza
de andar tan alto en los cerros
sin alcanzar las estrellas…

Talita del pedregal
espina… y sombra harapienta!

Versos de Osiris Rodríguez Castillos
                            (uruguayo)

GAUCHO

Gaucho:
Naciste en la juntura de dos razas
como en el tajo de dos piedras
nacen los talas.

Con un poco de tierra y otro poco de cielo,
amasaste el adobe para construir tu rancho
-mismo como el hornero-.
Por eso yo te veo ascendencia de pájaro.

Eras,
una mitad hacia abajo y otra mitad hacia arriba;
una mitad de tierra y otra mitad de cielo;
una mitad de carne y otra mitad de alas;
carne tu forma física;
alón tu forma lírica;
y si eso no bastara para llamarte alado:
alas en tu caballo,
alas en tu sombrero,
alas todo tu poncho,
alas a media espalda flameando en tu pañuelo;
y alas también llevabas fijas en los talones
las agudas rodajas de tus espuelas.

Gaucho:
naciste en la juntura de razas
como nacen los talas
en el tajo de dos piedras.

Versos de Fernán Silva Valdés
                        (uruguayo)

TUTANO


El cielo abrió plenamente
su calórica compuerta
derramando por los campos
los caudales de la siesta.

Cruzando entre pajonales
a su “tungo” talonea
un chiquilín que retorna
para su puesto allí cerca
-del que su padre está a cargo
por un jornal de miseria-.

Regresa de churrasquiar
con dos “amistases” nuevas:
dos hombres hechos a soles,
a chaparrones y huellas;
errantes caminadores
con “mono” y pasado a cuestas
que al pie de un molino, ahora,
acampan con su cansera.

Y este niño que se forma
en la vernácula escuela
encuentra en su rudo trato
rica y sabrosa experiencia…
le agrada oír sus relatos
de otros hombres y otras tierras
de cosas que no conoce
o que conoce “de mentas”.

Mientras regresa cavila
sobre las cosas aquellas
pensando si sabe más
aquel que tranquea más leguas.

De pronto aparece un cuis
que entre las pajas se interna
y el muchachito, resuelto,
a perseguirlo se apea:
no lo encuentra y sin pensarlo
-pensando solo en su presa-
le prende fuego, y las pajas
arden lo mismo que yesca…

¡Ya está el fuego devastando!
¡Ya está en marcha la tragedia!
Ya crepitan los pajales
de un campo lleno de hacienda!
Ya sus manos y sus pies
emprenden vana tarea
y sus ojos asombrados
solo aumentan su impotencia.

Y en momentos que se apresta
a montar con suma urgencia:
sus dos amigos jadeantes
ve llegar a la carrera
trayendo bolsas mojadas
para frenar la tragedia.
Tras un “¿qué has hecho, muchacho?”
-por pregunta y reprimenda-
transpiran hasta apagar
aquellas llamas hambrientas.

Así salvaron al niño,
al pastizal y la hacienda
dos “crotos”, dos caminantes,
dos vagabundos “linyeras”…
hombres que todos suponen
insensibles como piedra.
Hombres cuya faz hostil
suele ser una corteza
que cubre un blando tutano
de nostalgias y de penas…
hombres que no debe ser
juzgados a la ligera.

Versos de Abel Zabala

UN CORAZÓN SIN FLOJERA


Al remembrar la memoria
de la pampa chacarera,
se yergue una voz señera,
sencilla, sin vanagloria,
un poeta, y por su historia
se lo menta: “el chacarero”.
Trashumante pregonero
de un tiempo casi olvidado
que revive en el legado
de Don  Luis Domingo Berho.

Con un trazo magistral,
pintoresco, descriptivo,
hasta al mínimo motivo
le dio vida sin igual;
pintor del alma rural
que trajinara mediero
entre el numen trasfoguero
y la dura realidad
que fue autentica verdad
de Don Luis Domingo Berho.

Imposible de ignorar
o corregirle la plana
a esa pluma soberana
en el paisano rimar;
y el prominente lugar
de su verso fogonero
nació del criollo venero
de la esencia terruñera
y el corazón sin flojera
de Don Luis Domingo Berho.
                           (11/2010)
            
Versos de Jorge Danilo Vega

NO ARÉS DE NOCHE


No arés de noche!!!... -Hacé caso…
¡¡¡¡Esperá hasta que amanezca!!!!
No te habló YO.  -Por mi boca
te va a enseñar la esperiencia.
Tan solo apriende en la vida
el que hace de eya una Escuela!!!

El gaucho araba de día.
Era el arao de dos rejas
tirao por cuatro cabayos
o seis… (asigún la melga…).
…Y no esistían las pestes.
Hacía falta que yoviera
y los rindes eran güenos…
…y era el cereal de primera…

Tampoco se conocía
la isoca en las sementeras…
Ni cascarudos… -Ni bichos…
Ni toda’estas plagas nuevas!!!...

Ya no se usan los cabayos…
Dicen: …que no recompensan…
Y… aran lo mesmo de día
que a la luz de las estreyas!!!

La larva está en el terrón
y despierta con la siembra…
Si arás de noche… eyas nacen.
De noche… ¡¡¡No hay quien las vea!!!

¡¡¡Pa’ qué tendremos gaviotas
y cuervos y martinetas,
sapos, culebras…, peludos,
benteveos…, tijeretas!!!
Si no pueden ver de noche
¡¡¡A menos que usen linterna!!!

Ansina las plagas cunden
¡¡¡Y no habrá quién las detenga!!!

¡¡¡Claro que hay remedios güenos!!!
No dudo de que así sean…
…pero… los güenos son caros…
y empobrecen las cosechas!!!....

Vos cuidá ésas avecitas
que Dios a puesto en la tierra,
…que son tan nobles pa’l campo
…y que a ninguno molestan…

No arés de noche…, hacé caso…
¡¡¡Esperá hasta que amanezca!!!...

Versos de Eduardo César Viglietti

viernes, 10 de mayo de 2013

ROMANCE DEL CABALLO CRIOLLO

La orilla del horizonte
que hace redonda la pampa,
está recortando cielo
como para una medalla.
Colores que la dibujan
son los colores del alba,
y la luz, pátina lenta,
le da relieves de nácar.

¡Qué agonía de luceros
se quiebran para que nazcas,
silueta vívida y pura
con limpio fondo de estampa!
Corcel de briosa figura
que del cenit te levantas,
como un coágulo de bronce
latiendo carne de estatua.

Caballo, caballo criollo,
caballo de estirpe gaucha,
que llevás las tres marías
puestas en cruz sobre el anca;
tu sangre es la misma sangre
valiente de nuestra raza,
porque ha bebido en los vientos
de los campos de la patria.

Porque ha corrido en la lucha
desde el cauce de tu entraña,
partida de medio a medio
por el chuzo y la tacuara,
allá, cuando en el combate
diste tu pecho a las lanzas,
sabiendo que eras el mástil
de la enseña azul y blanca!

¿Qué rienda de qué valiente
te habrá llevado a la carga?
¿Qué clarín habré encendido
tus ojos como dos llamas,
cuando al tronar el cañón
te pusiste a la vanguardia,
y eran raíces de viento
de fuego tus cuatro patas?

América toda entera
se estremeció de tu planta,
portador de libertad
clamada por veinte patrias.
Y en las sierras del Perú,
y en las llanuras del Plata,
soldado de San Martín,
gaucho de Güemes en Salta!

Caballo, caballo criollo,
caballo de estirpe gaucha,
compañero inseparable,
vencedor de la distancia;
cuando detrás de la lucha
se vino la madrugada
del gran día de la paz
dorado en sol de esperanza;

tu te enrolaste primero
para labrar el mañana:
arriador de larga tropa
por los cuadros de la estancia,
o haciendo con el arado,
en el erial de la chacra,
tajo de surco fecundo
sobre el filo de la helada.

Y así hasta que abrió la flor
de la aurora ya soñada.
Y cuando vino la tarde
-bien venida y bien ganada-
que vierte con su silencio
sobre el confín de la pampa,
claveles llenos de sombra
nacidos de las guitarras;

todo parejo y pulido,
y endomingado de plata,
te largaste al trotecito
derecho hacia la enramada.
Y el premio fue la caricia
de la moza enamorada,
que te trajiste de vuelta
como una rosa en el anca.

Caballo, caballo criollo,
caballito de la patria,
soldado con San Martín,
gaucho de Güemes en Salta!

Versos de Teófilo Hiroux Funes

jueves, 2 de mayo de 2013

EL BATARÁ


Ya no riñe como otrora
ni vocea cual solía,
ni se escucha su buen día
en el azul de la aurora.
Sobre la pista sonora
sopló un pampero que abate,
y el héroe de la granate
pupila que el odio encela,
quebró su intrépida espuela
en el último combate.

Era de verlo en su enhiesta
actitud de paladín
llenando con el clarín
de su grito de floresta.
Se le sangraba la cresta
en chispazos de arrebol,
y sobre olímpicas pol-
varedas de luz temprana,
propalaba en la mañana
las alegrías del sol.

Lo he visto altivo y triunfal,
bizarro, indomable y fuerte,
emborracharse de muerte
frente a frente del rival.
Sobre el dorado arenal
del ruidoso reñidero,
dejaba el rojo reguero
de su intrépida agonía
y el redondel florecía
en rosas de matadero.

Era de ver su salvaje
asalto feroz y rudo
sin exhibir otro escudo
que el bronce de su coraje.
Se le erizaba el plumaje
como una bandera herida,
y en la recia acometida
sobre el último encontrón,
rimó su heroica canción
la epopeya de la vida.

Como una heroica pedana
que para el caso se alista,
tendía sobre la pista
su hebra de luz la mañana.
Relucían como grana
las pupilas, y en aquellos
ojos fieros, y en los cuellos
estirados frente a frente,
se gustaba la imponente
emoción de los degüellos.

Paladín del sueño mío,
gladiador del reñidero,
el del puazo certero,
el de aletazo bravío:
un extraño viento frío
el reñidero devasta,
y tu espolón se desgasta,
y tu coraje se fuga,
y la cresta se te arruga
como bandera a media asta.

Versos de Daniel Elías

EL GAUCHO


Es él… el viejo centauro de las patrias tradiciones;
el héroe de los combates en los cuentos de fogón,
es el de Paz; el de Güemes; al que nuestros campeones
le confiaron la custodia del nacional pabellón.

Trovador de las llanuras derramaba en sus canciones
todas las penas amargas de su noble corazón;
la guitarra era el consuelo de sus íntimas pasiones
y su amigo de aventuras el cincelado facón.

Las pupilas de la criolla fueron su estrella de oriente
cuando el triunfo en las batallas orló de lauros su frente,
y en las penurias pasadas en la vida de fortín.

Por eso cuando el pampero lo encontraba
en los ranchos de la pampa, le dejaba en el oído
rumor de estilos campero y llamadas de clarín.

Versos de Julián de Charras

(Publicado en “El Alma Argentina”, 1ra. quincena 08/1923)