He visto muchos cantores
con famas bien obtenidas
y que después de adquiridas
no las saben sustentar:
parece que sin largar
se cansaron en partidas.
Yo
soy cual cantor del llano
que
canta trovas de amor,
para
calmar el dolor
de
su corazón humano.
Yo
soy el triste paisano
que
lleno de sinsabores
contempla
las bellas flores
recorriendo
la llanura
donde
cantar su hermosura
he
visto muchos cantores.
Yo
soy a quien con el dedo
señalan
las multitudes
por
sus nobles actitudes
al
publicar hoy su credo.
Yo
soy aquel sin enredo
que
con endechas sentidas
endulzar
quiere las vidas
de
sus queridos lectores,
respetando
los cantores
con
famas bien obtenidas.
No
soy cantor en la rama
porque
no supe volar
sin
alas para cantar
canto
tendido en la cama
con
mi corazón que clama
porque
no sean rendidas
mis
fuerzas ni confundidas
con
otras de bien probados
con
famas, quedar callados
después
de ser adquiridas.
Son
muchos los payadores
que
sostienen el pendón
de
la gaucha tradición
constantes
con frescas flores;
pero,
muy sabios doctores
que
se lanzan a cantar
al
pronto logran hallar
sus
famas bien conquistadas
las
que después de logradas
no
las saben sustentar.
El
paria soy en el suelo
que
San Martín libertó,
y
el extrangero pobló
con
utilitario celo.
Soy
aquel que con desvelo
veo
las horas pasar,
por
ver de hacer de implantar
la
libertad por mayor
sin
estar cual corredor
parece
que sin largar.
Las
clarinadas de guerra
retumbaron
en mi cuna
después
de la gran laguna
que
la tiranía encierra;
y
de gauchos de esta tierra
narraciones
bien sentidas
se
las cuento repetidas,
para
que digan: ¡Jamás!
Almagaucha
con cien más
se
cansaron en partidas.
Versos
de José
Agustín Dillón
(“Almagaucha”)